Era abril de 2023, nos encontrábamos mi compi David y yo (me llamo Alex por cierto) en un remoto pueblo de Alicante haciendo las fotos y video de boda.

​

Era un hotel en la montaña con unas vistas espectaculares desde donde se veía el mar. Y tras finalizar la boda puedo asegurar que era la primera vez que hacían una boda en ese hotel.

​

​El sitio era pequeño pero muy apañado ideal para una boda intima.

 

La elección del lugar de la ceremonia y su distribución ya nos puso las cosas complicadas 

 

El sitio era estrecho, los novios entraban por un lateral a los invitados y encima no teníamos pasillo central donde ponernos para sacar a los novios. Al tener esta distribución era complicado no sacar las cabezas de los invitados. Pero nada que no se pueda resolver subiéndonos a unas sillas.

​

El verdadero problema vino a la hora del cocktail, distribuido alrededor de la piscina donde no había ni una bombilla. Nosotros sin luz todavía nos podemos apañar, llevamos nuestras luces para casos así.

 

Pero los invitados no veían lo que comían según me comentaron.

 

La cena tipo cocktail empezaba a las 9 y acababa a las 11 con el séptimo plato.

 

Pero nada ocurrió como estaba planeado.

 

A la 1:15 de la noche el novio estaba diciendo que el autobús estaba en la puerta porque la boda se acababa y el catering estaba sacando aún la hamburguesa y el pincho de fruta mientras los invitados recogían camino a sus casas.

​

Bueno ya te he puesto en situación. Ahora te voy a contar como movimos las fichas para que hubiera algo de fiesta, ya que la gente había venido a eso.

​

Sobre las 00.00h al ver que el novio no salía con su grupo a cantar como estaba planeado a las 11.30 por culpa del catering, tuvimos que pedir que pusieran algo de música animada para que la gente no se aburriera.

 

Los bostezos se nos estaban contagiando.

​

La verdad que no nos podía haber salido mejor la jugada, no esperábamos que la gente se viniera a la pista de baile tan rápido y lo diera todo en 30min que duró hasta que el concierto empezó.

​

Con esos minutos conseguimos un montón de imágenes bonitas de la gente pasándolo bien con los novios. Para ya terminar con el super concierto y olvidar que la gente no había cenado prácticamente nada.

​

Unas semanas más tarde tras entregar las fotos y video llamé a la novia para preguntarle que le había parecido y saber si se le había ido ya la preocupación.

 

A lo que me confesó que eramos unos desgraciados porque estaba todo perfecto ya que parecía que todo había salido genial.

​

Caso cerrado

​